
MARTES 19 DE AGOSTO DEL 2003 9:45
Ante el cartel de “POLICLINICO del servicio Riojano
de la salud“me encuentro desgraciadamente. No por nada grave hay
que aclarar. El caso es que a Frank los 9 Km. de trayecto que separan
Viana de Logroño han sido una auténtica agonía.
La mitad a pie y la otra mitad cuesta abajo en bici.
Parece que el dolor que le empezó al finalizar la etapa del día
anterior en su rodilla izquierda no se le ha curado ni con las 10.000
cremas, vendajes, hielo y vendas que se ha puesto.
El dolor se le ha hecho cada vez más agudo y le es imposible
pedalear.
La decisión está echada y creo que puede ser la buena.
El equipo decide esperar a Frank. Que el médico tome la decisión
y después se verá.
Espero que Frank pueda seguir el camino.
MARTES 19 DE AGOSTO DEL 2003 21:51
Dura etapa la de este día.
Una trepidante contrarreloj por un circuito cerrado de unos 200 metros
con siete puertos de montaña que han puesto a prueba nuestra
destreza y resistencia.
La primera meta volante ha sido donde la final. En el Bar Sebas, unas
morcillas de pícaro, orejas de cordero empanadas, pimiento del
piquillo y tortilla de anchoas ha sido nuestro primer avituallamiento.
En nuestro bidón hemos echado diferentes mejunjes como vermú
de sifón, vinos cosecheros o cervecitas clásicas para
… para …. Para quien va a ser.
La segunda meta volante y a pocos metros de esta primera estaba en el
alegría (simpatía creo que era el verdadero nombre), un
sitio acogedor regentado por un piquito de oro que nos ha puesto unos
cojonudos “Cojonudos” consistente en rebanada de pan, huevo
de codorniz, chorizo y una rodajita de pimiento riojano un puntito picante.
En la Tercera meta volante el director deportivo nos ha pegado una reprimenda
a todo el equipo y nos ha dicho que nos ponía lo que queríamos
pero cuando a él le saliera de los cojones. Y así ha sido.
Dos chorizos, ¾ de pincho de tortilla ya que el ¼ restante
se ha quedado en la puerta del microondas; a mi sorpresita…….
Morcilla de pícaro (repito).
La Cuarta meta volante ha sido en China. Un escueto barecito, cuyo nombre
no puedo recordar, con todo tipo de mejunjes elaborados con pata de
cangrejo en diversas formas y texturas. Nadie ha picado en las especialidades
del Chef. Manolo, tartaleta; Norber, delicias de nosequé; Frank,
un surtido de pepinos de todas formas, colores, tamaños y sabores;
yo unas banderillas y un pincho de atún con hueva de bacalao.
Todo lo dicho lo hemos bañado con unos fabulosos cosecheros.
La Quinta meta volante y tras un intento fallido de sabotaje por parte
de uno de Tudela hemos llegado al bar donde ponen las cervezas más
pequeñas del mundo, pinchos y vinos quedan en un segundo plano
tras este record que ostenta. Mención especial al camarero que
hace 7 años sabía mucho de fútbol pero que desde
entonces y por algo que no ha reconocido está cabreado con futbolistas
y directivos. Por todo ello ha decidido comprarse una moto para surcar
esos caminos ajenos al deporte nacional y que orgulloso cuelga en diversos
carteles en las paredes de su chiringuito.
Quizás esa sea la razón por la cual sus cervezas son tan
escasas. Quien sabe.
La Sexta meta volante no ha sido una meta cualquiera. Tenía dos
picos que no se lo saltaba un gitano. Unos lomos rellenos de corazón
de alcachofa ha sido el manjar que junto con el vino, los picos y unos
paisajes maravillosos nos han dado paso para nuestra séptima
y última meta volante.
No contento con la amabilidad de la tercera y contentos con el vino
de todas las demás, el Sebas a sido nuestro último avituallamiento.
Hígado de no se que para Manolo y Norberto, para Frank no recuerdo
y para mi unos pimientos del piquillo relleno de bacalao. Para todos
unos vermús de sifón que han puesto un punto y final apoteósico
y que hizo de la búsqueda del refugio una autentica peregrinación
paralela a la que ya hacíamos.
La persuasión y la paciencia de Frank y … por que no decirlo,
la lástima que en algunos momentos trasmite; la importancia del
certificado médico que avalaba la su lesión; y la exagerada,
fingida y ostentosa cojera de alguien que inminentemente va a perder
una pierna, nos han alojado en un bonito albergue con cocina, cuarto
de baño, buhardilla calurosa y un grupo de cantores con gaitas
que han amenizado a unos y aburrido a la inmensa mayoría. (con
la intención les hubiera bastado).
Frank se ha marchado al fisio para ver el alcance de la lesión.
Una vuelta por Logroño para comprar algunas cosas de la bici
y una cena a base de bocadillos y fruta ha sido el último y definitivo
explayo antes de regresar al albergue, encontrarnos con los amenizadores
antes dichos, cenado (quien tenía ganas) y jugado una partideja
de mus que un señor muy amablemente nos ha jodido.
Parece que Frank alberga esperanzas de continuar un poquito mañana.
Espero que sea mucho más