Yo de pequeño siempre quería ser mayor. No se muy bien por qué pero veía a los mayores como a dioses.
Mis primos, tres años mayores que yo, eran las personas más perfectas del mundo. Joaquinito y Pepito eran mis ídolos por aquel entonces. Yo veía a mi padre como un héroe al que seguir e imitar. Mi madre como a una diosa capaz de solucionar los más difíciles escollos. La pandilla de los Cuervos como aquellos inalcanzables amigos que siempre quise tener. Mis tías como las más bellas de las mujeres del mundo, etc, etc, etc … Y va mi hijo y no se le ocurre otra cosa que decirme llorando:

¡Papá, no quiero hacerme mayor!

Hijo, pero por que dices eso? Por qué no te gustaría ser mayor?

Porque los mayores solo dicen tonterías. Contestó él

Me quedé más chafao que las pesetas que poníamos en las vías para que el tren pasara por encima de ellas.
Desde entonces no paro de darle vueltas a la cabeza. Un sentimiento tan contrario al mío no puede ser arbitrario. Pero …. Quién coño…..????
Yo soy el principal mayor donde él se refleja. Yo soy el espejo donde él se puede mirar. Yo soy el nexo de unión entre ese pensamiento y su consecuencia.
¡Coño!. ¿Seré yo?

Pues desde que lo dijo no he parado de darle vueltas a la cabeza. Pin pan pin pan pin pan. No se, quizás sea una tontería…. Pero quizás no.

Ostia que difícil es ser padre.

Aquí, tras unos cuantos días en los que el estómago, cabeza, riñones y alguna que otra parte de mi cuerpo cuyo nombre es innombrable y que me querían hacer la vida imposible, me encuentro en un restaurante llamado Alter Brauhof, que traducido es algo así como Antigua fabrica de cerveza, gobernado por aguien parecido a Prince pero con una sustancial pérdida de aceite que hacía de este momento algo raro por no llamarlo surrealista. Podríamos determinar que quedaría un punto por encima de peculiar y cinco por debajo de incómodo.

Tal vez sea la reacción a la pastilla que me estoy tomando para el dolor de estómago (buscapina en España, buscapén en Alemania) tal vez sea este ambiente peculiar o tal vez la grapa que me estoy endiñando: el caso es que en la situación que me encuentro no me cabe otra solución que la que hago ahora. Escribir y escribir lo que por mi cabeza pasa esperando que cuando haya terminado sea lo más cuerdo posible para deleitar a quien me pueda leer más teniendo en cuenta esta puta caligrafía que la vida y mas concretamente Dña. Pilar en San José de Calasán me ha dado.

De repente…. Plaf… que oigo?
Nooooo… Siiiii… es ella, es esa.
Aquella canción no puede estar aquí por azar. No se que puedeo hacer No entiendo esta situación. Solo falta que Prince se quite su rebeca multicolor y alguna de las sortijas que puebla sus dedos, se ponga una cazadora de cuero, se suba a la barra y se ponga a bailarla.
Ya me estoy imaginando a los Revolución saltando y bailando, saliendo de la cocina desde donde se escondían, portando mi ensalada tropical e intentando que para todos sea un momento inolvidable aunque por muchos y diversos motivos.

Efectivamente debe ser la grapa la que mis organos actuen de otra manera. En un momento de lucidez doy la vuelta y veo lo que hace una hora. No hay prince bailando el “macho macho man”. En su puesto un cuadro en blanco y negro recordando lo que en otros momentos podría haber sido una fructífera empresa de restauración donde los camareros y cocineros posan frente a la puerta del restaurante con sus particulares y anticuados uniformes.
Todo es normal y tranquilo aunque sia y siga ese tipo de música que hará recordar algún particular momento al regente de esta triste “Brauerai”

Definitivamente voy a tomarme otro café “expreso” para ver si esta fantasía desaparece. No descarto, no obstante que tras la el café venga otra grapa para hacer del momento una expirar inagotable de anécdotas. Ya veré

¿Tienes Ganso? Le pregunto a Prince.
Hoy es San Martin y debo seguir la tradición de zamparme un pájaro.
Si que tengo, muy buenos.
Pues quizá me de una vuelta luego a la cena..
Pues vale
Pues toma lo que te debo.. Chussss…