TRES SEGUNDOS DE GLORIA
viernes, 25 noviembre, 2005, 01:01 PM - Idas de bola
Majestuoso aplaude el último héroe televisivo.
Asiente impotente al declive de su equipo y ovaciona resignado a un grande de nuestro tiempo que, para su desgracia, juega en su contra.
Ajeno al momento de gloria masca chicle y calienta con su bufanda de la séptima mientras todo el mundo comparte y ve su gesto.
Caliente se marcha del estadio intentando olvidar el desánimo de caer, un lunes más, en la monotonía de apretar tornillos, de limpiar pescao, amasar pan o de … quien sabe de que.
Pero sin saberlo se ha convertido en un icono de nuestro tiempo.
Se ha convertido en el espejo donde todos nos queremos ver; en un referente mundial de la cortesía y la honestidad.
Tres segundos para la gloria. Tres segundos que todos recordamos con claridad:
" Minuto 77 de partido Gol de Ronaldinho, 0-3 y el Madrid sentenciado. Plano a la grada y …… allí estaba él. Semblante serio de circustancias adversas, barba blanca de tres días y más resignación que menos."
Unos lo recordarán por la osadía del aplauso al contrario, al enemigo, otros por la honestidad de su gesto, otros por la rareza de la acción y otros simplemente por hacer las cosas como se deben hacer. Tan solo fueron tres segundos, pero……. ¡¡qué tres segundos!!.
Y cuando ese hombre llegue el lunes a su tuerca…. ¡Que envidia!
Abrazado por todos sus compañeros, vitoreado por sus subalternos y elogiado por el capataz.
Esa palmadita del superior y ese comentario. ¡Ayer te vi en la tele fulanito! ¡bien hecho,… buen gesto!
Te has ganao a pulso ser el “Trabajador del Mes”. Te has ganao la confianza de tus jefes y el respeto de los colegas. Por fin te dejarán las llaves para que abras el primero. Que del sueldo ni hablamos.
Posiblemente no recuerde dentro de una semana aquellos tres segundos.
Sus compañeros no se sentirán ya importantes de conocerlo y sus jefes le hayan quitado las llaves y retirado el habla.
Pero esa semana no se la quita nadie.
Y dentro de 100 años quien sabe.
La nueva imagen de un nuevo Santaclaus, la cara lavada de Roger Mc.Donals, un nuevo superhéroe, portada del Times, imagen corporativa de Nike, logo de Microsoft… quien lo sabe.
Duro destino el suyo que sucumbe a la globalización sin ser más global que su afición por su afición a las fabes.
Duro destino el que otros revienten el bolsillo mientras el héroe no salga de pobre.
Duro destino nos ha tocado vivir donde los medios son los que aprietan esas otras tuercas que no sabemos ni podemos apretar.
Que duro debe ser tener tres segundos de gloria y que no te pertenezcan.
No tengo foto de él pero lo recuerdo como si fuera mi padre. (Que por ciento es su cumpleaños hoy).
| enlace permanente
LA PÁJARA
jueves, 10 noviembre, 2005, 09:41 AM - Con dos ruedas gordas
La pájara es aquello que pone al hombre en su sitio.
La pájara es una especie de padre que vela por que su hijo no se le vaya por el mal camino, por los derroteros de la prepotencia.
Es el yunque de los sueños, la colleja del creído, el sunami del orgullo.
La pájara no avisa, no llama a nadie, no te das cuenta hasta que ya es tarde.
Siempre te pilla subiendo y siempre te pilla a ti.
Poco a poco te vas quedando solo en tu silencio y con tus pensamientos; que cada vez son menos comprensibles.
Te paras, respiras si puedes y te tomas otra glucosa si la tienes. Miras la serpenteante senda que se empina delante de tu mirada y ves tu soledad. Te preguntas donde coño estás, quien te ha metido en este berenjenal y cómo cojones vas a salir de aquello.
Te montas de nuevo y a batidora “parriba” hasta no sabes donde volverás a poner pie a tierra; cuentas las piedras que te joden el camino y los caminos que te joden las piernas; empiezas a pensar que eres una pifia de hombre, que todos los demás van mejor que tu y que retrasas hasta en Canarias.
Y el problema más grave es que no tiene remedio. No hay pomada, sobrecito, pastilla, milagro o droga que pueda parar la pájara cuando la tienes encima.
Bueno, sí. Hay una solución.
Te paras, bajas lentamente de la bici, te agachas con los brazos en jarras y mirando una piedra cuya forma te recuerda a la de una piedra, respiras hondo, respiras profundo, respiras si puedes y te cagas en todo el santoral en orden aleatorio.
Aunque lo peor está por llegar. Es cuando se te cruzan los sentimientos con los pensamientos. En estos momentos, cuando tu corazón marcha a 170 pulsaciones y el sol te da en pleno bulbo raquídeo, es cuando se nos ocurren las más trágicas y perversas acciones: Coger la bici y mandarla a tomar por culo por el barranco de tu izquierda.
Luego recuerdas aquel primer día que cogiste una bici y te gustó. Lo comparas y sacas en conclusión que quizás no fuera la misma bici.
Te sientas en una piedra lo más alejado a la herramienta, la miras, te mira y te habla.
No la oyes y te acercas. Sigues sin oírlo y pegas el oído al cuadro.
Por fin lo escuchas.
Dice: Tresmilllllllllllleurossssssssss
Te levantas asustado, miras al cielo, luego a la tierra, sueltas la última bocanada de aire, coges la bici resignado, te montas en los tresmileuros y con más ainco que fuerza pedaleas, de nuevo, con el orgullo tan roto como las piernas y con un “sun sun” en tu cabeza que te recuerda lo mucho que amas el monte, la naturaleza y el dinero.
Así que lo dicho, que cuando te da la pájara te jodes pero aprendes.
Viva la pájara
Viva el vino
Viva España.
Anterior Siguiente