Con Viejos Troncos en el Monsant (Lleida)
martes, 06 octubre, 2009, 10:52 PM - Con dos ruedas gordas
Todo empieza como últimamente todo en este mundo. “Tienes .... 10 mensajes”. Pufffff, pereza.

El mail comienza tal como así...

“Buenas a todos,
Voy a organizar una excursión por la Sierra del Montsant, la fecha será el 3 y 4 de Octubre.

Esta kdd será un poco especial, dormiremos en una ermita, lo que supone que no tenemos ni camas ni agua caliente ni nada, vamos que será en plan cumbaya...........“

Y hasta ahí leí..
Luego empezaron los cálculos mentales, puzzles del calendario y demás follones aunque a decir verdad y desde la primera vez que oí las palabras “especial” y “cumbaya” comenzó un suave cosquilleo en el estomago.

Las siguientes semanas a la de la llegada del mail fueron muy duras para mí y me hizo olvidarlo en lo más profundo del disco duro pero, como el tiempo es la mejor medicina de los malos tragos y los tragos no lo son, un buen día recordé que por ahí existía un buen plan.

Retomé los “sienes y sienes” de emilios sin leer y pronto me enteré del tinglao que Ricard había montado en LLeida.

La idea era simple... me cojo un saco de dormir, una esterilla, me acerco a LLeida y paso un fin de semana idílico. Claro, ... la mezcla de saco de dormir e idílico es más bien antagónico aunque si entre medias pones a La Vieja Tronca la cosa cambia a sinónimo.

Lento se acercó el día de la kdd y malamente iba yo con mis lorzas del verano en toda su magnitud y más habiendo leído los últimos post de nuestro ForoMTB donde se demuestra que el DT240s flexa, que con un manillar de 700 mm se le pueden quitar dos gramos a los discos y que el efecto giroscópico es lo que se cuece ahora mismo en el mundo de la bici.



Pues allá que me voy yo con mi saco de dormir, mi esterilla, pa Lleida a pasar un fin de semana idílico... y con el Flowers de copiloto con sus follisiestas y sus chupipajas. Esto no puede salir mal.

El GPS nos llevó de Rally por todas las pistas de Artesa de LLeida pero por fin nos acercó hasta la casa de Ricard.
Allí íbamos llegando unos tras otros y desde distintas partes de España llamados por las mismas palabras. Los de más lejos.. nosotros. Como bien dice José Luis... “¡y estaba esto aquí al lao!. Murcia, Orihuela y haciendo pico esquina Artesa de Lleida”.
Mono en ristre allí comienza Ricard a preparar sus famosos Caracoles a la Brasa....Escaragols a la Llauna o también los llamados vinti ieuros. Pollo a la brasa, orejas de cerdo, pimientos asados y sus famosos tomates agusanaos maduraos en la planta.



Luego unas explicaciones sobre el mapa (como debe ser) de la ruta que haríamos al día siguiente y que podríamos resumir en dos subidas por pistatrialera dos bajadastrialera de traca.... ¡pero de treque, ei! tras las cuales nos haríamos unas pajillas, una trialera llana y la mitad del cuarto de trialera asfáltica. El pacharán, el orujo y los cogollos de Tudela hicieron de postre y puente hacia una tortuosa noche para los que no llevaban tapones o no eran yo.

Al día siguiente y con una media resaca producida, sin duda, por los caracoles desayunamos suave unas tostadas de pan an tumaque, butifarra blanca, jamón y otras lindeces y mientras Ricard y Oriol llevaban la fregoneta cargá hasta las manillas con lo que “merrioyoquesólamenteaíbamosanecesitaresanoche” a Margalef, nosotros nos quedamos hablando de las propiedades de la nueva Enduro, que si el buje este, que si la biela.. vamos, cosas de hombres y mujer.

Ochocientasmil curvas para evitar el Rally de Cataluña que ese día se corría por el Monsant y poco a poco llegamos a Albarca que fue el pueblo donde bajamos las herramientas y dejamos los coches hasta el domingo.



Y comienza el espectáculo.





Lo primero, una de esas pistatrialerasdelamuelte donde la bici tiende al flicflac invertido con rampas de la leche. MachacaBielas rompe cadena. La bici es demasiado nueva y algo andaba mal colocado. Se arregla y para arriba. Cada uno le impone su ritmo a si mismo y chacachaca reventando los gemelos. Llegamos a un collado y pronto seguiríamos por una senda espectacular con unos balcones aéreos de esos que acojonan. Algún susto que otro pero no muelte y poco a poco llegamos a un sitio llamado Pi de la carabaseta. Reunión por to lo alto y a la traca.... eh, a le treque eih. Bajada espectacular y muy técnica con varios pasos de fé donde resonaban los ecos de mi hijo diciendome..... “como te saques un codo ... te remato a palos” (razón tiene que el año pasado le dejé sin ir a Madrid y la semana que viene estoy por allá). En uno de los pasos Alfonso tuvo muy mala suerte. Una ramita le enganchó malamente en la manga del goretex que le produjo un leve esguince cervical...... Chico, suena mal.... la próxima te caes bien caído. Con el humor un poco tocado seguimos para abajo hacia un sitio donde alquilan mesas "Lloguer de Taules", una ermita donde nos prepararían la comida del día, (huevos fritos, judías y cansalada que es tocineta a la brasa).



Café y ajustes varios de las bicis y otra vez en marcha esta vez por una pistatrialerallana que nos llevaría de nuevo a la pistatrialeradelamuelte del principio.
Parriba con las judías y los huevos en el galillo (los de la comida) sin casco y otra vez al collado donde esta vez cogimos una senda a izquierda de subida hasta la roca corbatera... lo más alto del Monsant a 1.200 m creo recordar.



De ahí a la gloria... Comezamos un GR (creo que el 171 ) que discurre por toda la cuerda de aquella sierra. El cresteo es impresionante y nos recordaba a alguno que tenemos por la zona pero inmensamente más largo.



Pasos aereos en algún momento, subidas de porteo en otros y subibajas rompepiernas en todos ellos y siempre un paisaje espectacular de aquellos parajes con el pantano de Siurana al fondo y sus impresionantes paredes .. . Retos tras retos en subidas de esas que agarran como una novia fea nos iban llevando poco a poco a la Cogulla donde comenzaría nuestra última bajada del día.



Me coloco de las primeras posiciones para disfrutar en todo su esplendor de la bajada y a toda leche para abajo tras Oriol. Curvas rápidas una tras otra de las de trabajar. Una, otra, otra. Resbala Oriol pero sigue y yo que hago un recto por acuaplaning y como soy del género noble a la par que tonto me espero a que pasen todos. Ale, te jodes.... por bueno. Pero nada, el ritmo era cojonudo y rapidillo y llegamos al fondo de un barranco con unas bonitas charcas. Luego pista empiná, asfalto y alterne de pista y asfalto hasta llegar al pueblo donde Ricard había aparcao la fregoneta, Margalef.

Allí Ricard nos tenía preparado la última sorpresa del día (por si eran pocas) en forma de un pistarrón de los de “¡si me dejas el coche me soplas la nuca!”. Nada para un tiarrón del sur como yo. Aunque Ricard me vería mal porque me obligó a montar en la furgoneta. Mira que insistí pero... jajaj (grasies Riquerd... son vintiiuros eh!).



El momento ermita fue algo imborrable. La ermita de Sant Salvador es una construcción utilizando la formación rocosa de la montaña y en un enclave impresionante mirando al Valle. Tenía un rinconcito donde había una fuente y que seguramente utilizarían los monjes para congelar pescao porque fiuuuuuuuu la rasca que hacía en ese hueco... !joder¡,

Allí están las barbacoas donde posteriormente daríamos cuenta de unas buenas longanizas catalanas y demás condumio. Antes sacamos los bártulos de la fregoneta deprisa para volver a por Jim que tras la ramita andaba algo jodido pero cuando la habíamos vaciado ya llegaba él. Tuve que ser yo quien cediera el sitio a Jim pero creíamos que nos daría tiempo. (perdona Jim).



Organizamos sacos y corchonetas en la ermita mientras anochecía y preparamos la barbacoa para la cena. Ricard es el puto amo de los fogones. Soplete en mano para enchufar el carbón fue dueño y señor de nuestro estómago por esa noche. Quizás se quedara algo corto de comida.... pero ejque llevábamos muncha jambre.. munnnncha. Karol me quitaba todas la longaniza que cogía pero me daba butifarra. Julio nos premiaba con café pero nos cobraba vintiiuros, Flores con su hijoputismo exacerbado , Luís con su sátira, Machaca con sus cogollos, Bert con su silencio hablado, Jim con su elegancia, Chus con su nobleza, Santos con su sonrisa, Los dos hermanos con su presencia, Carlos con su arrogancia (buena por cierto), Oriol con su timidez y servidor que namás que miraba para un lado y para otro como preguntando... ¿se puede ser tan distinto y tan parecido al tiempo? Bonita paradoja que a uno de San Sebastián le chiflen las mismas cosas que a uno de Orihuela.



Al sobre que mañana pintan bastos. Creo que nos dormimos en tiempo record hasta que la luna nos/me despertó cuando entró a saco por los huecos de la construcción e iluminó toda aquella parte de la montaña como si del sol se tratara. Media vuelta en el saco que aún son las 5 y a las 8 tocan diana.

Diana, hacemos nuestras gloriosas necesidades en un glorioso sitio con gloriosas vistas y silencio mañanero en los escalones de la ermita. Al tiempo llegan Nacho y otro cuyo nombre no recuerdo y que se vienen a rodar con nosotros. La noche anterior habíamos terminado con todas las reservas de comida así que tocaba decidir si bajar por trialera y subir de nuevo el costarrón de la tarde anterior o bien bajar alguien en furgoneta y subir los de todos. No hubo discusión... jajajaja. Los de Lleida fueron a por los desayunos aunque creo que fueron a Pamplona de lo que tardaron aunque mereció la pena de lo bueno que estaba el bocata. (mil gracias). Dos bocaos y en seguida en la bici. Jim se ha levantado como un gato de escayola y prefiere no tocar la herramienta así que se encargará de trasladar la fregoneta hasta Albarca y reservar restaurante para nuestra llegada. Despedida y hacia arriba.



Las piernas no estaban finas en los primeros compases. Veo a Luis que tampoco andaba fino con su rígida. Rampas duras para los primeros minutos con porteo incluido. He perdido una pieza del pedal que no se para que coño sirve pero me da igual... menos peso. Cabras de las que por la tarde me comería el queso y una pista pestosa y ramprera hacia la cima. Pronto llegamos arriba donde nos despedimos de



Nacho y su compañero y de nuevo el cresteo del día anterior aunque no me doy cuenta mucho más delante. El cambio de la luz hace otro escenario distinto pero igual de bello. Varias paradas para esperar a los lentos... (vamos, a mi y pocos más) que aun hacen más pupa a mis piernas. El camino se hace muy agradable con las conversaciones de Carlos, Luis y Chus y sobre todo por las fantásticas vistas. Cruce de sendas que casi me salto con Chus y reunión para calzar protecciones que vienen curvas. La trialera nos llevará a Sant Joan de Codolar. Es una trialera espectacular con pasos de fe cojonudos para demostrar la destreza. Golpes de manillar, trazadas únicas y con una arenilla suelta que me advirtió que la trasera no se puede llevar tan lisa ni la minion en la delantera. Me iba por todos los lados tan solo con cruzar un poco la bici. “Como te saques un codo ... te remato a palos” sonaba en el interior del tímpano. Poco a poco para abajo por una senda que se hacía más húmeda y serpenteante donde tengo que quitarle la bici de encima a Carol que cae en el sitio más tonto. Llegamos a otra ermita donde rellenamos las vejigas, descansamos y presumimos un poco de nuestra técnica.




Pronto retomamos el camino cogiendo unas rampas de principio fuertes para lo que llevábamos encima. Se convierte en una senda colgada muy bonita donde Luis rompe cadena y Machaca pincha. Reparamos rápido y corto trámite hasta los coches en Albarca con la sensación de haber hecho algo grande y dejar a mi hijo con las ganas de pegar a un padre... que eso está mu feo.




Jim había reservado mesa y mantel en un restaurante de Ulldemolins, la fonda de Toldra, donde dimos rienda suelta a la gula y al hambre que llevábamos encima. Yo me comí una sopa de zanahorias, una montaña de boletos con queso de cabra (de las de allá arriba), una fuente de caracoles en salsa y de postre una compota de manzana con queso de cabra que recomiendo a tol mundo que pase por aquel pueblo.

Luego la triste despedida, el agradecimiento a Ricard por haber montado esta peaso de miniquedada donde cada vez me siento más a gusto (y mira que lo siento por vosotros) y el recuerdo a todos aquellos que no pudieron venir por motivos distintos. Pal coche y pa casa que quedan cinco horas a buen ritmo.

Lo dicho, gracias a todos por haber hecho de la realidad un sueño y del sueño una realidad.


Enduro en Blando
lunes, 06 abril, 2009, 08:57 AM - Con dos ruedas gordas
Esto no es mío,
esto es de uno como yo,
que siente, que padece,
que le pasa lo que a mí.

Enduro en-blando (El_Jorf en ForoMtb y su blog que podrás encontrar en los enlaces a la derecha)

"Sustancialmente somos dos, espiritualmente sólo uno.
Hace tiempo que nos presentaron y desde entonces nos hemos ido conociendo, aprendiendo a preveer las reacciones o a ganar confianza. Nada sería lo mismo con otra compañera.
Vestidos para la ocasión, agarrados el uno al otro, en posición, me siento en el centro de los focos, en una nube, con el estómago del revés y el corazón enloquecido. Los discos comienzan a girar, partimos, y comenzamos a deslizarnos por la pista…

Desde el primer balanceo puedo sentir como ella se adapta a mi cadencia, acompañando con dulce firmeza los movimientos que conforman los primeros compases de nuestro “viaje”.
Alrededor las nítidas formas se han tornado en borrosas manchas de colores que se agolpan en la periferia de las retinas, recordándonos que no estamos solos y delimitando la pista por la que hago deslizar el oscuro calzado de mi compañera.
Las gotas de sudor humedecen mi espalda, los latidos en mi pecho van disipando la ansiedad inicial, empiezo a sentirme suelto, confiado, como una melodía que llega de lo lejos y dota de ritmo a mis movimientos.
Como una coreografía ambos, bien pegados, salimos exitosos de las partes más lentas, que requieren una mayor destreza, y es donde ella sabe amortiguar con sus grandes virtudes mis errores; igualmente en las rápidas donde marco la línea y ella me sigue sin desacompasarse en paso alguno.
Hace tiempo que dejé de escuchar los sonidos, de ver lo que hay frente a mí. Soy un torrente de agua desbocado y ella el lecho que me encauza y nos permite fluir por la pista con el instinto de tantas horas de conjunta práctica.

Continuamos al unísono, tengo la sensación de flotar, nos movemos livianos, trazando un camino que parece nacer en mis pensamientos, sin esfuerzo alguno. Un serpenteo, izquierda-derecha, me freno y vuelvo a acelerarnos, la ropa ondea en el aire, los giros se suceden, abiertos unos, cerrados en una baldosa otros, tumbo a mi compañera hasta casi tocar el suelo, la levanto hacia mí al tiempo que cambiamos la posición para atacar los próximos pasos.

Una parte complicada, me cuesta hacer los apoyos con soltura y me atasco, pero mi compañera me transmite tanta confianza que no puedo más que salvarla con éxito. La adrenalina permite que siga concentrado en mi cuerpo, en devenir con armonía, evaporando el cansancio que llega y puede hacerme fallar.

Lo que antes sentía un corazón desbocado no era sino un adagio comparado con el incesante repiqueteo que amenaza con abrirme el pecho, proclama del disfrute, la intensidad y felicidad del momento. Supervivencia.
Si, porque estas sensaciones sólo las tengo aquí, y cada vez que estamos juntos desaparecen de mi cabeza todos los problemas, sinsabores, decepciones o angustias que pueda tener en la vida, todo es borrado de un plumazo por las emociones vividas durante estos minutos. Emociones que me permiten sobrevivir y ser feliz cuando todo lo demás va mal.
Emociones que valen una vida.

Estamos acabando, sabemos que falta poco y el remate siempre resulta especial, el último trago de entusiasmo, que dejará un dulce sabor de boca. Así que disfruto los últimos compases y me concentro en sentirlo todo:
Siento su tacto en las yemas de mis dedos, que frenan su ímpetu y la conducen a mi ritmo.

Siento la irrealidad que hace posible algo tan perfecto

Siento el aire que se aparta ante nuestros movimientos

Siento su cuerpo rozando con el mío al desplazarnos

Siento cada centímetro de mi cuerpo rebosante de paz



Y siento que se acabe, si no es porque siempre podré disfrutar otro descenso con una compañera tan especial."




Investiganda; Cartagena hasta La Azohía
lunes, 09 marzo, 2009, 09:51 AM - Con dos ruedas gordas



Pues la cosa ya salió hace unos cuantos fines de semana cuando a alguien se le ocurrió decirme que quería hacer una investiganda por la zona de Cartagena y más concretamente por Cabo Tiñoso.

Yo ya había hecho alguna ruta por allí y la verdad es que la espectacularidad del entorno me imnotizó y me movió a estudiar un poco más la zona.

Preguntado por aquí y por allá y buscando los track en distintas web de gente que la había hecho andando, se hizo un track “definitivo” que fuimos moldeando según se acercaba la fecha de la ruta.



La ruta la diseñamos con comienzo en Cartagena y final en un pueblecito pesquero y winsurfero llamado La Azohía. Por tanto necesitábamos infraestructura (llámese tener un par de coches en la llegada para poder volver a por los coches). Se mantuvo un poco en secreto ya que no sabíamos lo que nos encontraríamos ni la dificultad que entrañaba por lo que se preparó por privados para este pasado Sábado.

Los días anteriores a la aventura nos dedicamos a ultimar detalles y sobre todo a estudiar curvas de nivel y posibles alternativas por lo que cada uno cargó en su gpese las distintas posibilidades. Mucha agua, comida y la incertidumbre de un clima que iba cada día a mejor.

7:00 suena el despertador y 7:30 en marcha con desayuno continental. Pablo carga la bici en mi coche, Woko iba de camino desde Torrevieja y MN desde Murcia. 8:30 en Cartagena. Dejamos a Pablo con las bicis en el parking del Erosky y rápido con tres coches hasta La Azohía a dejar dos. Ida y vuelta en 40 minutos.... y yo pensando que no será tanto cuando en 20 minutos la haces en coche.... Bueno, habrá que verlo. La conversación de vuelta fue sobre la conveniencia de hacer la ruta La Muela o por Portus (original GR92).



Hora de salida ...9:45... Hacia Roldán derecho. Hasta el collao del Roldán pista con algo de senda. Llegamos convencidos de hacerla por La Muela ya que por el camino nos aconsejaron lo que más o menos sabíamos. En el collao nos armamos que la senda ya se ponía chunga.



El mar a la izquierda y senda estrecha que de vez en cuando nos hacía descabalgar de las bicis. Continuos barrancos por los acantilados que te ponían los huevos en el galillo y te iban soltando adrenalina. Barrita en el último collao de subida y prepararnos para bajar.



La bajada por el Roldán derecho es muy buena aunque con piedra muy suelta y escalones de esos que te encuentras tras una curva, sin saber como atajarlos hasta que estás volando. Luego se abre en pista rota con pedrolos bien sujetos donde puedes dejar de vez en cuando los frenos si tu horquilla te lo permite.

Llegamos a la carretera que va a Portus (uno de los mejores canmping nudistas que existen en España... dixi murci) y subimos hasta la carretera para enlazar con la pestosa subida de La Muela donde, y en to lo alto, paramos a reponer algo de las fuerzas que nos había robado la pista. A partir de aquí.... todo nuevo.



Comienza bajando por senda estrecha que se acerca a una zona mucho más pelada y de subida que nos va a llevar a su cima donde las vistas son impresionantes con la Casa del Comandante abajo y los barcos navegando frente a nosotros.



Luego la senda se hace más ancha pero se agradece por la peligrosidad de la misma ya que comienzan un sinfín de curvas a derecha e izquierda con un balcón impresionante al abismo y repleta de piedras sueltas donde cualquier susto se convierte en “muelte”. Acaba la bajada en un collado donde nos sacudimos las manos de tanto frenar.




Izquierda impresionante paisaje de Cartagena con su puerto y el pueblo de Portus con su camping.... derecha los preciosos acantilados de Boletes y Cabo Tiñoso... abajo una calita preciosa “Cala Aguilar”. Aquí nos dimos cuenta de la dificultad que hubiese entrañado el hacer el GR92 original. La senda no se podía ni intuir y cuando se acercaba a la costa tan solo había un trazo por los cortados donde no solo hubiésemos tenido que escalar... también rapelar.



Nuestro camino discurría hacia la derecha... hacia la calita pero para ello había que llegar por unas impresionantes Zetas que la vegetación tapaba y los escalones eran escalofriantes. Las primeras no eran imposibles aunque si muy difíciles ... las últimas ni se podían intentar. ..En medio escalonacos enlazados uno con otro que nos hacían encomendar a Santa Liric, San Marzochi y el sagrado corazón de La Pike. Luego una diagonal larga que nos hizo disfrutar hasta la misma orilla de la playa.... Afrodisiaco, orgásmico y extasiante.



Comimos bajo el único árbol que había en la zona y arreglamos sendos pinchazos de MN y servidor. Media siesta y palante como los de Alicante.



Pintaron bastos con una subida muy dura de escalada y porteo hasta llegar a zona medio alta y luego comenzó un continuo subebaja, desmonte, andar, portear, y, a veces disfrutar que se nos hizo algo duro pero placentero hasta la pista del cuartel de Boletes.
Eran ya las 4:00 cuando llegamos al cuartel y las fuerzas estaban algo justas. Habíamos tardado un par de horas en hacer un par de km nos quedaban un par de horas de sol.



El track que llevábamos discurría por una senda por los acantilados de la costa pero la pista de Boletes nos elevaba (necesario para llegar a La Azohía). Reunimos en la entrada de la senda y debatimos entre los cuatro la mejor opción. Así que elegimos lo que el corazón nos dictaba.... seguir por la senda así que para abajo buscando los acantilados. Pero.... tras unos 300 metros de senda ancha llegamos a un descanso donde aparentemente debía seguir la senda. Parecía que se dibujaba algún trazo de senda y así nos lo decían los gpses pero desde allí y mirando hacia Tiñoso..... pufffff lo que nos quedaba. Reunión de nuevo, vista al reloj y vamonos por la pista que además de ser el GR original... también nos lleva en la buena dirección.



De nuevo puta pestosa pista con rampones de vértigo y más con la que llevábamos encima. Despacico y buena letra hasta llegar a lo más alto. Luego bajada con algunos saltos hasta la aldea de El Campillo de Enmedio donde mi agua y la de Woko terminaron y tuve que pedirle a unos buenos señores que me abrieron su casa aún con la facha que llevaba de protecciones y casco. (muchas gracias)




Reunión de nuevo con el equipo y última decisión del día. Tras la pestosa pista debíamos de subir por asfalto unos 300 de acumulado más hasta las antenas donde teníamos la entrada de una trialera cojonuda hasta La Azohía o 20 minutos de llanero por una pista.
Sabia decisión la de irnos a los coches. Una subida por asfalto a esas alturas me habría aguado la fantástica ruta que habíamos hecho este día. Lo dejamos para otro día y en paz.



Luego llegada triunfal al puerto de La Azohía con su Almadraba enfrente, cervezas y cuatro tapas como cuatro soles por cuatro euros que nos sirvió para aliviar la sed, el hambre y el disgusto ... que no fue tal.




Aquí la fotografía aérea de la ruta que teníamos en mente hacer... (en rojo) y la que finalmente hicimos (en verde) por gentileza de Woko que la acaba de poner






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